En las costas de Quintana Roo, la preservación de las tortugas marinas ha cobrado gran relevancia en los últimos años. Esta entidad, con playas que reciben miles de turistas cada año, también se ha convertido en un santuario para diversas especies de estos quelonios, cuyas temporadas de anidación son fundamentales para la conservación de la especie.
El biólogo Alberto, especialista en vida marina, comenta que en Quintana Roo existe una cultura sólida de cuidado y preservación de las tortugas marinas.
«Desde hace más de una década, la conciencia sobre la importancia de las tortugas ha crecido significativamente entre los locales, turistas y los sectores hoteleros, quienes juegan un papel crucial en la protección de los nidos», afirma.
Las temporadas de anidación en el Caribe mexicano ocurren entre mayo y octubre, siendo los meses de junio y julio los más activos para la llegada de las hembras a las playas. Durante este periodo, las tortugas –en su mayoría de las especies caguama, verde y carey– depositan cientos de huevos en la arena. Una vez transcurridos entre 45 y 60 días de incubación, las crías comienzan su proceso de eclosión y posterior liberación hacia el mar.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), cada año se liberan más de 100 mil crías de tortuga marina en diversas playas de Quintana Roo, incluyendo destinos como Tulum, Cancún y Playa del Carmen, donde voluntarios y organizaciones civiles se unen en los esfuerzos de conservación.
El biólogo también destaca que los hoteles y casas ubicadas a lo largo de las costas han contribuido en gran medida a la preservación de las tortugas. «Muchos complejos turísticos y residencias han implementado políticas de conservación como la reducción de luces nocturnas que desorientan a las crías o la delimitación de áreas de anidación», explica. Esto, en conjunto con campañas educativas para huéspedes y residentes, fortalece las iniciativas de protección.
A pesar de estos esfuerzos, los retos continúan. La presencia de depredadores naturales y humanos, así como el impacto del cambio climático en el aumento del nivel del mar, siguen siendo amenazas para la supervivencia de las tortugas marinas.
Sin embargo, con la colaboración de instituciones, voluntarios y la comunidad, Quintana Roo sigue siendo un modelo de conservación que busca garantizar que estas especies emblemáticas sigan habitando los mares del Caribe.