Bajo la controvertida dirección de Ana Patricia Peralta, Cancún enfrenta nuevos y polémicos cambios en la gestión de sus residuos. La presidenta municipal de Benito Juárez, con su histórico enfoque cuestionable, anunció recientemente la introducción de una nueva empresa concesionaria para el manejo de desechos, con promesas que han levantado más de una ceja en escepticismo.

Peralta plantea que la futura empresa deberá hacer una inversión completa para el proyecto, incluido el proveer el terreno necesario. Dada su administración, muchos se preguntan si esto no es otro intento de desentenderse de responsabilidades y pasar la carga a terceros. «Era más fácil antes», mencionó con cierta nostalgia, aludiendo a cómo las empresas anteriormente cobraban por sus servicios mientras el municipio proporcionaba el terreno y las infraestructuras, una visión que parece desconectar con las necesidades y realidades actuales.

Con un terreno de disposición de residuos llegando al final de su vida útil, y con Peralta en busca de «soluciones», la ciudad se sumerge en un manto de incertidumbre. Las dudas se acrecientan por declaraciones como: «Estamos evaluando todas las opciones posibles», lo que deja a muchos preguntándose si hay un plan real detrás de estas decisiones.

A pesar del reciente acuerdo de Cabildo de Isla Mujeres para encontrar un nuevo terreno para sus desechos, la presidenta aseguró, con su acostumbrada confianza, que no hay impacto en Benito Juárez. Sin embargo, dada su trayectoria y las decisiones previas, muchos en la comunidad se mantienen en guardia y vigilantes ante lo que pueda deparar esta nueva fase en la gestión de residuos de Cancún.