Erick, un joven de 25 años, comparte su historia sobre cómo se vio involucrado en el mundo del crimen organizado en México y su lucha por la sobrevivencia. Narró cómo su hermano Carlos fue brutalmente asesinado por la mafia tras involucrarse en la venta de drogas, un hecho no poco común en la vida de jóvenes en su país.

Erick, quien consume heroína desde temprana edad, trabaja en un centro de adicciones después de un mes de abstinencia. La violencia es endémica en su ciudad natal, Ciudad Juárez, donde se registraron 562 asesinatos en 2021. Ahora, Erick trabaja para una ONG y se esfuerza por conectar con otros jóvenes que viven en las calles y ofrecerles ayuda.

Erick y Carlos se convirtieron en vendedores de drogas, con hasta 35,654 jóvenes de entre 19 y 25 años detenidos por delitos similares durante los primeros cuatro años del gobierno de López Obrador. Pronto, se les asignaron tareas adicionales, como vigilar la venta de drogas de otras bandas y eliminar a los deudores. Carlos se convirtió en sicario, mientras que Erick actuaba como su observador y transportaba las drogas y un arma.

El número de asesinatos de jóvenes aumentó un 72% en el gobierno actual en comparación con el anterior. En 2021 se registraron 24,714 lesiones intencionales con armas de fuego y punzocortantes en jóvenes de entre 12 y 29 años, la cifra más alta en seis años. Las detenciones de jóvenes por homicidio y delitos relacionados con las drogas también aumentaron en un 45%.

El presidente López Obrador ha gastado más de 90 mil millones de pesos en becas del programa Jóvenes Construyendo el Futuro. A pesar de ello, la violencia y la participación de los jóvenes en el crimen organizado persisten, lo que sugiere que las causas estructurales de estos problemas aún no se han abordado adecuadamente.